Tal vez suene aparatoso decir, que el Delirium es una urgencia médica, sin embargo así llamaré su atención y le podemos dar la importancia necesaria a este escenario que se ve frecuentemente dentro de la geriatría. El Delirium es un síndrome que se instaura de forma abrupta, afecta a las personas mayores, tiene un patrón fluctuante y se compone de inatención, alteración en el estado de alerta, de la memoria, desorientación, del ciclo sueño-vigilia y presenta, en muchas ocasiones, hiperactividad motriz. Se considera como parte de los signos vitales y debe ser una alerta de que un desequilibrio en el cuerpo del paciente está presente.
El síndrome de Delirium está infradiagnosticado en muchas ocasiones, se considera que el 50% de los adultos mayores de 65 años cursan con Delirium durante una hospitalización, y el 30% de pacientes con 70 años acuden al servicio de urgencias por Delirium. Pero por otro lado se sabe que el 30-40% de los casos de Delirium son prevenibles con intervenciones que pueden ser aplicadas por el equipo médico y de enfermería.
Como factores predisponentes de Delirium se tiene en la mira las siguientes situaciones: bajar reserva cognitiva y/o funcional, limitación de sentido de la visión y audición, suelen tener múltiples enfermedades, y consumen más de 5 medicamentos de forma habitual, pero sobretodo el haber tenido un cuadro previo de Delirium. Sin embargo las causas son muy diferentes, como cambio de domicilio, la falta de lentes o auxiliares auditivos, a pesar de necesitarlos, hospitalización, sobretodo cuando hay estancia en áreas de cuidados intensivos, descompensación de las enfermedades crónicas o la aparición de nuevas enfermedades, predominando las infecciones. También se ha visto que el dolor intenso, el cambio o ajuste de tratamiento, la deshidratación, el estreñimiento o la retención de orina pueden terminar condicionando Delirium en todos aquellas personas mayores vulnerables. Así que, para lograr la resolución completa de esta alteración neurológica que predomina en las personas mayores, es necesario encontrar la causa desencadenante, ya que el manejo de las causas es el tratamiento directo del delirium. En caso de no remitir de forma oportuna las causas, es probable que el cuadro se torne irreversible con consecuencias en la funcionalidad global, mental y calidad de vida a largo plazo del paciente, así como un impacto socioeconómico para el paciente y su familia.
Recordemos que lo principal es la prevención del cuadro de Delirium, es decir evitar su instauración, principalmente con la ayuda de sus cuidadores a través de maniobras como:
1.- Colocar gafas, auxiliares auditivos y dentadura si lo son necesarios
2.- Acompañamiento las 24 horas, sobre todo en la noche para ofrecer un ambiente familiar y tranquilo.
3.- Evitar contenciones físicas.
4.- Mantener la habitación bien iluminada durante el día y libre de estímulos cuando se haga de noche.
5.- Mantener al paciente orientado sobre la circunstancia donde se encuentra, los sucesos vividos, fecha, lugar, hora, incluso los nombres de las personas que están a su alrededor.
6.- Mantener al paciente con buena higiene.
7.- Promover la movilización fuera de cama, e incluso ofrecer deambulación de ser posible, así como evitar siestas diurnas mayores a 30 min
8.- Favorecer condiciones favorables para tener un descanso reparador
9.- Manejar cualquier molestia de disconfort como dolor, estreñimiento y posiciones incómodas en la cama.
10.- Se instaura un tratamiento con medicamentos solo cuando el paciente, por la agitación motriz y ansiedad, ponga en riesgo su seguridad y la de los que lo rodean.
El tener conocimiento de esta patología de la población geriátrica nos da la oportunidad de identificar el sindrome de forma oportuna para poder acudir a atención médica de urgencia para la resolución de los diferentes desencadenantes y los 10 puntos anteriores nos ayudarán a prevenirlos en nuestros pacientes vulnerables que se encuentren en hospitalización.
Dra. Dannica Puente | Hospital La Paz
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